miércoles, 10 de enero de 2007

CLICHÉS DE PELUQUERÍA

Mireya Tabuas



-Mami, que quede bella. Que me miren. Que me deseen. Que quede suave, mami. Que él toque la frescura de una piel que no tengo. Que quede joven, mami. Que se crea la edad que me invento. Que el pelo me lo pongas liso, mamita, y rubio cenizo, que ni de broma parezca Lina Ron. Que a él le gustan catiras, pero del este. Que no me quede ni un pelito, mami. Ni ahí. Que a él le gusta la cosita como la de una niñita de diez años. Que me inyectes un poco de botox, mami, ya sabes, para disimular las arrugas, aunque eso me cueste la sonrisa. Que quede como nueva, mami, para él.

-¿y él?
(day spa)

El pantalón apretado. Los mechones rubios que tapan las canas. Cierto cinturón dorado. Ese muchacho demasiado joven. El parapente. La noche de birras y salsa. La crema reafirmante. La mamografía. Los hijos que crecen. El divorcio, quizás. El rock redivivo en ipod. Ese muchacho demasiado joven u otro. Las dudas. La rabia. El tiempo.
(La crisis de los cuarenta)


Hay que imaginarla más bella y más joven y más atrevida y más sensual y más puta y más hija de puta y más mujerón y más tetona y más culona y más comprensiva y más buena y más servicial y más caída de la mata y más interesada y más coño de su madre y más idiota. Nunca, nunca, más inteligente.
(La otra)

-Aburre ¿sabes? Es toda una vida. Lo mismo siempre. La bata verde de pelusitas. En el bolsillo el pañuelo, también enverdecido. Los periódicos en el piso. Los platos sin lavar. Los interiores al pie de la cama. Gotitas de orina en la tapa de la poceta. La misma posición, el mismo ritmo, el mismo horario, las mismas frases, el mismo orgasmo. Aburre, ¿sabes?


-Se anhela también, también se anhela.
(El marido)

Las ganas. La prohibición. El goce. El roce. La tentación. El juego de las escondidas. Las mentiras. El disfrute. La culpa. El deseo. La constatación. La intensidad. El miedo. La necesidad. La pasión, la pasión, la pasión. La distancia. El enfrentamiento. La cobardía. El reencuentro. El paso adelante. El valor. El amor.
(El amante)

6 comentarios:

Maria D. Torres dijo...

!Esto es mucho más que clichés de peluquería! Es una verdad cruda y definida con las palabras justas. Nada sobra, nada falta.
Me pegó duro en el alma.
Bueno, muy bueno.

JCZ dijo...

Terrible, terrible. Pensé: "mejor recojo mis interiores..." "mejor limpio las gotitas después de..." "mejor la acompaño siempre a la peluquería..." Terrible, terrible. Qué angustia después de haber leido esto...

Ophir Alviárez dijo...

Real, tremendamente real y acertado. Una vez leí por ahí una frase que no pude olvidar, decía Oscar Wilde: "No hay nada como el amor de una mujer casada, es algo de lo que ningún marido tiene la menor idea". Después de eso pensé, pensé y sigo pensando, con pelos y sin ellos

EduardoEquis dijo...

Clichés que no dejan de ser realidad. Al menos una sonrisa me "sacó" y, caramba, un reflexión.

Anónimo dijo...

Maravilloso. Real. Fantástico. Congrats a Mireya.

Unknown dijo...

Muy bueno, pura verdad